KHAEL – EFÍMERO
AUTOPRODUCIDO
8/10
La crisis que tanto nos afecta en tantos ámbitos también ha mermado mucho la escena del metal en España. Uno de los ejemplos claros lo tenemos en el grupo de Dani Pérez y Aroa Martín. Cuando en 2010 editaron “Dualidad” parecía que se iban a convertir en unos de los pesos pesados de la escena nacional, pero las dificultades para mantenerse en la música con aspiraciones profesionales tras la bajada de ventas por la piratería, la escasez de inversión en conciertos, la subida del iva, etc… hicieron que la banda tuviera muy difícil mantenerse en primer plano.
Casi cuatro años les ha costado volver a tener una nueva referencia en el mercado, y esperamos que su impacto no sea efímero como el título del álbum. Salvo colaboraciones puntuales de Rudy Ramos a la guitarra, de Nando Martín al piano y de Rubén Villanueva en las orquestaciones, las interpretaciones y composiciones del disco se las han repartido entre Dani y Aroa.
Como resultado tenemos unas canciones en las que ahondan en las bases rítmicas afiladas, con gran influencia de grupos estadounidenses como Killswitch Engage, y quizá dejan un poco atrás la línea de progresiones rítmicas de sus primeros temas. “Palabras en mi piel”, “Puzzle” o “Tu alimento” son los mejores ejemplos de esa línea. Además, cabe destacar el juego de voces dobladas de “Otra realidad”, el crescendo de “Abismo” (posiblemente la canción más redonda del disco) y la peculiaridad de “Termitas”, en la que sobre un único riff de guitarra en bucle Dani se marca un solo enrevesado marca de la casa.
Tratando las diez canciones como un bloque nos atrevemos a señalar algunos aciertos y también otros aspectos que restan impacto en la calidad global. Comenzando por lo mejorable, la producción de algunas partes de batería (sobre todo las cajas) queda a veces un poco alta, mientras que la voz a veces se ve ahogada por los instrumentos. Además, algunas líneas vocales quizá suenen repetitivas en algunos momentos. Por pasar a lo más destacado, obviamente las estructuras imposibles de Dani a la batería (sobre todo con los platos), los dulcísimos tonos medios de Aroa en canciones como “Abismo” y el excelente sonido cuajado para las guitarras y los bajos.
Ciertamente puede que le falten cosas para merecerse un diez, pero este disco es fruto de un proceso de trabajo muy largo y difícil, en el que los miembros de Khael han demostrado su tenacidad y su fe en un proyecto que podían haber dejado de lado para embarcarse en otros proyectos más suculentos para su fama y su bolsillo. Han conseguido un buen álbum en conjunto con el que esperemos que tengan la continuidad que se merecen.
Miguel Hernández (Fiti)
